Una de las cosas que me sorprendieron más al llegar a Bariloche, Argentina, fueron las pequeñas calabazas y termos que acarrean todos los argentinos. Día y noche los veía sorbiendo una caña metálica o «bombilla» con gran deleite, disfrutando de su mate.
La verdad es que la cosa engancha: hay una multitud diferente de «yerba-mate», suaves, fuertes, con palo … Mis preferidas son las fuertes con palo, como la «Taragüí». La «yerba-mate» es una planta que crece en la selva y que tiene propiedades diuréticas, estimulantes (tiene mateína, o cafeína en otras palabras) y antioxidantes, ¡10 veces más que el vino!
Además es un ritual muy social, el del mate, que es común en toda la Patagonia, Argentina y Uruguay, y se puede disfrutar con familia, amigos y compañeros.
Un pasillo multicolor de yerba mate en todos los supermercados |
¿Cómo se prepara un buen mate?
En primer lugar, se pone la yerba mate en la calabaza, se le da la vuelta un segundo con la mano tapando la apertura para evitar que el polvillo quede en el fondo, se inclina «la yerba» en la calabaza en un ángulo de unos 45 grados y se clava la «bombilla» de forma perpendicular a la hierba.
Después, se añade agua a 85 grados (tienen hervidores que hierven el agua a esta temperatura para evitar quemar la hierba) mojando solo parte de la «yerba».
El «cebador» o preparador del mate lo prueba, para ver si está demasiado caliente o frío y si todo está en su sitio, y si está bien lo rellena y lo pasa a la persona que abrirá la ronda. Al terminar de beber, lo pasará al «cebador», que lo rellenará y lo pasará al siguiente bebedor, y al cabo de unas rondas, cambiará la hierba cuando el mate esté «lavado», o insípido. Cuando ya no quieres más, al devolver el mate al «cebador» le dices gracias, y él (o ella) te dice «provecho» (y ya se entiende que no quieres más).
Alrededor del mate se crean entrañables conversaciones y las horas vuelan en habitaciones poco iluminadas, rodeado de amigos.
Las hojas de coca
Después de mi etapa en Patagonia, volé hacia Cusco, donde Violeta, la dueña del lugar donde vivimos, me hirvió agua y me preparó un té de hojas de coca, que va bien para combatir los efectos de la altura. ¡Cusco se encuentra a 3400 metros de altura y los primeros días sientes dolor de cabeza y cuesta subir escaleras!
Marta vende coca en el mercado de Wanchaq, Cusco |
La coca, mucho más que una planta
Yep Yep Yep
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